Sospecha sobre los inspectores de obrasPor MARÍA B. MORENO QUINTANA
El derrumbe del edificio de Bartolomé Mitre al 1200 no se debió al azar, como escuché a alguien en la TV, sino a la irresponsabilidad y al deseo de obtener grandes ganancias con la construcción de torres cada vez más altas en lugares pequeños para obtener más rédito por metro cuadrado. El resultado de la impericia y la codicia son 220 evacuados, manzanas sin gas y electricidad, un edificio de 10 pisos caído y un peligro de efecto dominó en otros edificios.
Los habitantes del edificio han perdido todo, no recuperarán lo que les llevó una vida conseguir: pertenencias, muebles, libros, objetos queridos, documentos, etc. Mientras tanto, ¿dónde están los culpables? ¿Qué pasará con estos señores de la firma constructora?
¿Alguien hizo algo luego de lo que pasó con el gimnasio de Villa Urquiza? Se sabía que eso iba a ocurrir otra vez, y acaba de pasar. Hubo denuncias por ruidos y temblores que fueron totalmente desoídas. ¿Será que los inspectores que van a fiscalizar la obra, si es que los hay, reciben unos buenos pesos para hacer la vista gorda ante los errores en las construcciones?